Normalmente, cuando vamos al gimnasio o practicamos algún deporte ya sea en el gimnasio, en casa o al aire libre como puede ser montar en bici, esquiar, montar a caballo o correr, nos preparamos siempre o casi siempre, haciendo estiramientos e, incluso, controlamos la alimentación y la ingesta de líquidos antes y después de la práctica para no exponernos a un sobre esfuerzo sin la debida dosis de nutrientes en el cuerpo.
Pero pondría la mano, nunca mejor dicho, en el fuego, que la mayoría que me estáis leyendo os olvidáis de entrenar una parte del cuerpo muy importante y que, además, es la parte de nuestro organismo que mide nuestra fuerza bruta y, por ende, nuestra edad física con respecto a nuestra edad “cronológica”.
Estaréis preguntándoos cuál será esta parte del cuerpo, aunque la imagen de portada del blog ya os da alguna pista, pues sí son las muñecas, sí habéis leído bien, las muñecas, considerada por muchos una de las articulaciones más complejas del cuerpo. Y es que representan el movimiento, la flexibilidad, la destreza, la soltura y la habilidad. Y, a nivel emocional, nos hablan de cómo manejamos nuestras experiencias, así como de nuestra voluntad y nuestro deseo de actuar.
El estado de las muñecas se mide con un dinamómetro que detecta nuestra fuerza de agarre. Ya hay establecidos unos parámetros para grupos de edad comprendidos de 45 años para abajo, 45 a 60 años y por encima de 60 años. La dinamométrica es una técnica fácil y rápida de realizar en casa y que puede ser un primer indicador del estado de nuestra función muscular, nutricional y emocional.
Los orígenes de este instrumento, el dinamómetro, se remontan a finales del siglo XVII cuando su inventor, el físico Isaac Newton, ideaba una herramienta capaz de medir la fuerza y el peso de los objetos a partir de la Ley de Elasticidad de Hooke. Esta ley de física originalmente fue formulada para casos de estiramiento longitudinal y establece que el alargamiento unitario que experimenta el cuerpo elástico es directamente proporcional a la fuerza aplicada sobre el mismo.
Pero en todo caso, lo que quiero resaltar en este artículo no es tanto una guía básica del uso del dinamómetro, que para eso tenéis muy buenos tutoriales en YouTube, sino poner el foco en la importancia de trabajar y fortalecer nuestras muñecas y por ende los dedos, porque son la fuente de una vida sana y nos ayudan a realizar muchas labores cotidianas, desde saludar, a abrir una lata o envase, conducir y soportar el peso de nuestro cuerpo en muchos ejercicios aeróbicos de muchas disciplinas deportivas.
Y sobre todo concienciarnos de ello a nivel mental que también es muy importante para mejorar nuestro rendimiento físico. Y fue J.A Hadfield, un destacado psiquiatra inglés, que nos lo puso de manifiesto en su libro “La Psicología del Poder” y el estudio que realizó a 3 hombres para medir la influencia que tenía su actitud mental sobre su fuerza física midiendo la fuerza en sus muñecas a través del dinamómetro.
Les hizo la prueba bajo tres clases de circunstancias diferentes; en condiciones normales y despiertos su fuerza media era de 101 libras. Cuando les hipnotizó y les dijo que eran muy débiles, su fuerza era sólo de 29 libras (uno de estos hombres era boxeador), pero en cambio cuando les hipnotizó y les dijo que eran fuertes, su fuerza media fue de 142 libras. Ahí lo dejamos. Las conclusiones son bastante obvias como lo que observó el gran filósofo Marco Aurelio “nuestra vida es la obra de nuestros pensamientos”.
Hay muchas posibles causas físicas de la pérdida de fuerza en esta parte del cuerpo, como el Síndrome del túnel carpiano, hernias de columna, Esclerosis múltiple o la Osteoporosis. La prevención o detección precoz de cualquiera de estas sintomatologías es la mejor manera de mantener una calidad de vida saludable.
Y como nos gusta ser muy prácticos os damos un primer consejo : para empezar, comprar una pelota de goma y empezar con un sencillo ejercicio de apretar y soltar, todos los días al menos 20 veces, os dará fuerza y reducirá los niveles de cortisol en el cuerpo. Casi casi seguro.
La próxima vez que vayas a saludar a alguien piensa en tus muñecas y tus manos y observa cómo están, tanto de fuerza como de flexibilidad. Dedicarles un tiempo tanto de observación como de entrenamiento diario verás como, incluso, hará que tu habilidad mental mejore.
*Dale Carnegie “Como suprimir las preocupaciones”